La osteoporosis se caracteriza por una disminución de la densidad de los huesos a causa de la pérdida del tejido óseo normal. Esto suele traer aparejado una menor resistencia de los huesos a cargas o sobrecargas y a posibles traumatismos, con la consiguiente mayor predisposición a fracturas. Por esta razón, hoy queremos dejarte algunos consejos para prevenir la osteoporosis.
¿Qué causa la osteoporosis?
El hueso es un tejido que se encuentra en constante renovación. Por un lado, existe hueso nuevo, aunque en simultáneo se destruye el hueso envejecido, es decir, que se produce una reabsorción ósea.
Cuando se rompe el equilibrio entre esta construcción y destrucción ósea, o bien porque disminuye la formación de hueso nuevo, o bien porque aumente la reabsorción, o por ambas causas en simultáneo se genera la osteoporosis.
Lo que causa esta enfermedad es que los huesos se vuelven más porosos, más frágiles y delgados, lo cual disminuye su resistencia ante posibles traumatismos, fracturándose más fácilmente. Es considerada básicamente como un deterioro en la microarquitectura de los huesos. Las fracturas osteoporóticas más frecuentes son: cadera, muñecas y vértebras.
Factores de riesgo
Aunque estos factores de riesgo no garantizan que una persona desarrollará osteoporosis, sí aumentan las probabilidades de padecerla. Algunos factores de riesgo para la osteoporosis incluyen:
- Sexo: Las mujeres tienen un mayor riesgo de desarrollar osteoporosis en comparación con los hombres. Esto se debe a que las mujeres tienen huesos más pequeños y pierden masa ósea más rápidamente después de la menopausia, debido a los cambios hormonales.
- Edad: A medida que envejecemos, nuestros huesos tienden a volverse más delgados y débiles, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis.
- Antecedentes familiares: Si tienes antecedentes familiares de osteoporosis, especialmente si alguno de tus padres ha tenido fracturas óseas o ha sido diagnosticado con osteoporosis, tienes un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
- Raza y etnia: Algunas razas y etnias, como las mujeres blancas y las de ascendencia asiática, tienen un mayor riesgo de osteoporosis. Por otro lado, las mujeres afroamericanas y las de origen mexicano tienen un riesgo ligeramente menor.
- Tamaño y estructura corporal: Tener un peso corporal bajo, una estructura ósea pequeña y una estatura baja aumenta el riesgo de osteoporosis. Estas características pueden significar que tienes menos masa ósea para mantener a medida que envejeces.
- Historial de fracturas: Si has tenido fracturas previas, especialmente fracturas óseas por traumatismos menores, tienes un mayor riesgo de desarrollar osteoporosis.
- Estilo de vida: Factores de estilo de vida como una dieta pobre en calcio y vitamina D, falta de ejercicio regular, consumo excesivo de alcohol y tabaquismo pueden aumentar el riesgo de osteoporosis.
Síntomas de la osteoporosis
Esta patología no suele presentar una sintomatología clara, por lo cual normalmente el o la paciente da cuenta de ella cuando efectivamente se produce una fractura. Sin embargo, algunos indicios que deben tomarse en consideración son:
- Dolores de espalda
- Debilidad muscular
- Pérdida de peso
- Postura encorvada
- Fracturas de hueso causadas por lesiones leves
Cómo prevenir la osteoporosis
Aunque una caída puede ser un accidente cotidiano que puede sucederle a cualquier persona, si esta ha producido una fractura es recomendable consultar con un médico, ya que será el profesional quien determine si puede ser una fractura por osteoporosis.
El diagnóstico y tratamiento adecuado resulta fundamental para ayudar a prevenir nuevas o próximas fracturas.
Para conservar y aumentar la densidad ósea, la alimentación es fundamental
La alimentación es una de las herramientas más importantes para ayudarnos a prevenir la osteoporosis. Por esta razón recomendamos tener en cuenta los siguientes consejos:
- Una ingesta adecuada de proteínas para la salud ósea, pero también para mantener la masa muscular y evitar el riesgo de caídas.
- Consumir calcio: lácteos (leche y quesos), frutos secos (nueces, avellanas y almendras), legumbres (frijoles blancos, garbanzos), pescados, vegetales (berros, brócoli), semillas (sésamos) y tofu, son ejemplos de alimentos ricos en calcio.
- Consumir vitamina D. La principal fuente de vitamina D es la exposición a la luz del sol. La recomendación general es que haya una exposición diaria al sol de cara, manos y brazos durante 10-15 minutos. (considerando el uso de cremas protectoras al UV).
- Consumir vitamina K (hortalizas de hoja verde, verduras como el brócoli y frutas como el kiwi) y magnesio (hortalizas de hoja verde, semillas de calabaza y lino, almendras). La dieta también debería incluir zinc y vitamina B.
Otros aspectos a considerar son:
- Practicar ejercicio físico: especialmente caminar, correr o realizar ejercicio aeróbico de bajo impacto (si la salud ósea de la paciente lo permite) frente a la práctica de la natación o la bicicleta, que son recomendables para cuidar de la salud en general, pero tienen poco efecto en el mantenimiento de la masa ósea.
- Prácticas como el Yoga o el Tai Chi pueden ayudar a mejorar el equilibrio y la percepción del esquema corporal y así, contribuir a una reducción de tropiezos, caídas y pérdidas de equilibrio en personas de edad avanzada.
- Evitar tabaco y exceso de alcohol. Se ha descrito en algunos estudios una relación directa entre el consumo de tabaco y la disminución de la densidad ósea. Se recomienda no tomar alcohol en exceso, ya que su consumición abusiva se asocia a un doble efecto nocivo: reduce de la densidad mineral ósea y aumenta el riesgo de posibles caídas.
- Realizar un buen control de la visión.
- Utilizar un calzado adecuado evitando los tacones altos, pantuflas flexibles y zapatos con suelas resbaladizas.
- Evitar objetos que puedan generar caídas como alfombras, juguetes o muebles de baja estatura.
Mujeres y osteoporosis
La menopausia es uno de los factores que más influye en la aparición de osteoporosis en las mujeres, pero también son causales comprobados: mala alimentación, falta de ejercicio físico y utilización de ciertos medicamentos que dañan los huesos.
Existe una forma poco frecuente de osteoporosis que puede surgir durante el embarazo y se llama osteoporosis transitoria del embarazo. Se estima que solamente se producen 4 casos por cada millón de embarazadas, lo cual da la pauta de que no es una patología muy extendida en la población.
Es fundamental prestar atención ante cualquier sospecha de esta enfermedad, que suele iniciar con un repentino dolor a partir del tercer trimestre de gestación.
El tratamiento de la osteoporosis en las embarazadas requiere un abordaje multidisciplinar que incluye especialidades como la ginecología, traumatología, fisioterapia, anestesia, entre otras.
Para aliviar los dolores vinculados a mujeres embarazadas con esta patología, se recomienda:
- Utilizar soportes que permitan descargar la articulación como muletas o bastón
- Tomar medicamentos analgésicos como el paracetamol (en dosis adecuadas y administradas por un médico)
- No realizar grandes esfuerzos y guardar reposo
- Cuando las medidas anteriores no resultan efectivas se puede indicar rehabilitación
¿Es recomendable el parto natural o la cesárea para mujeres embarazadas con osteoporosis?
No existen contraindicaciones cuando la mujer embarazada presenta una osteoporosis transitoria en la cadera. Sin embargo, se debe estudiar cada caso en particular, valorando cuál es la limitación de los movimientos, cómo se encuentran las articulaciones y cuál es la probabilidad de que se produzca una fractura o los riesgos que ello acarrea a la hora de acudir al parto.
Cabe destacar que serán los especialistas quienes en función de estos parámetros decidan la conveniencia de optar por un parto o por cesárea, con el respectivo consentimiento de la paciente.
Enlaces de interés
- Recomendaciones de la Sociedad española de Reumatología sobre Osteoporosis